Hamburgo FC, el gigante que sueña con volver a ser
La interrupción de las ligas locales nos invita a navegar por rincones con mayor tranquilidad. Hoy nos embarcamos con Rodolfo Cardoso como guía con destino al puerto de Hamburgo.
“La puerta al mundo de Alemania” es un sobrenombre que le queda perfecto al puerto de Hamburgo, construido con la precariedad de la época en 1189. Con el tiempo, se convirtió en una pieza clave del comercio europeo y hoy es uno de los puertos con mayor volumen de manejo de contenedores. Es imposible hablar de Hamburgo sin mencionar su puerto. Pero también es imposible hablar de Hamburgo sin hablar del Hamburgo FC.
Después de 54 años y 261 días, el 18 de mayo de 2018, el reloj se detuvo. Lo imposible acababa de cristalizarse: el descenso, anunciado y temido, se hacía realidad. Era el primero en la historia del club, un equipo grande cuyas ambiciones se habían ido desvaneciendo con el paso de las décadas, pero que siempre estuvo acompañado por una multitud de fanáticos vestidos de azul y blanco.
En Alemania, el nacionalismo y el orgullo por lo propio se trasladan al ámbito regional y local. Así, el color y el calor de la Bundesliga se reflejan en estadios con el cartel de “sold-out” fin de semana tras fin de semana. Y lo mismo ocurre en el ascenso. Sin embargo, no es habitual ver a casi 60 mil almas acompañando a un gigante dormido en su, a estas alturas, insólito paso por la segunda división.
El Dinosaurio –uno de sus apodos– atraviesa su séptima temporada en la 2. Bundesliga con una particularidad asombrosa: nunca ha bajado del cuarto puesto en una liga donde ascienden los dos primeros y el tercero tiene el premio de disputar la promoción contra el equipo que finaliza en el puesto 16° de la máxima categoría.
En el complejo fútbol alemán, no hay demasiado espacio para los jugadores sudamericanos de habla hispana. Por eso, el caso de Rodolfo “Pelusa” Cardoso resulta atípico. El talentoso mediocampista ofensivo argentino, de rulos inconfundibles, jugó un par de temporadas en Estudiantes de La Plata antes de desembarcar en el —por entonces— inhóspito fútbol alemán. Homburgo, Friburgo y Werder Bremen fueron sus primeros clubes, donde adaptó su talento tradicional a la funcionalidad del juego local, hasta llegar al Hamburgo FC por primera vez en 1997.
Más de 25 años después, Cardoso sigue ligado al día a día del gigante del norte. Mientras cierra las valijas y se prepara para visitar Argentina tras un par de temporadas, promete a Insiders explayarse sobre la entusiasta actualidad del Hamburgo ni bien pise suelo nacional.
El sábado se encienden las alarmas. Mientras los flashes habituales apuntan al tibio acercamiento entre el Bayern Múnich y el Bayer Leverkusen en la Bundesliga, en la segunda categoría el Hamburgo consigue un golpe de efecto clave para seguir soñando con el regreso: gana con contundencia 3-0 ante el Magdeburgo y se afianza como líder.
El colega Andrés Weiss, especialista en fútbol germano, destacaba en la red social X: por primera vez en puestos de ascenso a ocho fechas del final. Y ahora siendo líder. Hamburgo no es el único campeón de Primera que transita la segunda división ni la tendrá fácil: Colonia marcha segundo, a solo un punto de distancia, y Kaiserslautern va cuarto, a cinco unidades.
Luego del trajín Hamburgo-Ámsterdam-Buenos Aires, Cardoso no duda en asegurar: “El técnico joven consiguió darle dinámica y confianza al equipo. Tiene claro el plan de juego. Es parecido a lo que pasó con Argentina y Scaloni: muchos años trabajando como ayudante de campo, conociendo el plantel, la intimidad del club, hasta que le dieron la oportunidad”.
Ese técnico joven del que habla el argentino es Merlin Polzin, nacido en Hamburgo en noviembre de 1990. En 2011, puso punto final a su sueño de ser jugador profesional y comenzó su camino en las divisiones menores. Tras varios años como asistente, le llegó la oportunidad de manera apresurada tras la salida de Steffen Baumgart. Los buenos resultados en sus primeros partidos entusiasmaron a la dirigencia, pero aún le quedaba una prueba clave: obtener la licencia de entrenador Pro de la UEFA.
A fines de 2024, mientras el plantel disfrutaba de su día libre, Polzin obtuvo la certificación en un campus realizado en Frankfurt, asegurando así su continuidad al frente del equipo.
A Cardoso le ocurrió algo similar. En dos ocasiones fue técnico interino del equipo. “Mi experiencia como entrenador siempre fue corta, con interinatos y sin la oportunidad de continuar, ya que no contaba con el carnet necesario. Fueron dos veces. Ahora, sinceramente, estoy muy bien con las inferiores y los juveniles. No se despertó en mí esa obsesión por ser el entrenador de Primera otra vez. Donde estoy ahora, estoy bien”, aclara.
Los fanáticos del Hamburgo ven cada vez más cerca el regreso a la Bundesliga, sustentando su ilusión en un equipo sólido que, hasta el momento, es el que menos partidos perdió (apenas cuatro) y el que más goles convirtió (58). Un dato que refleja la propuesta de Polzin: 45 de esos tantos fueron marcados por sus delanteros.
La experiencia del arquero portugués Daniel Heuer Fernandes es una referencia indiscutida en el conjunto Die Rothosen. En defensa, el bosnio Hadžikadunić se destaca, mientras que el checo Karabec maneja el mediocampo. En la delantera, el ghanés Königsdörffer ya suma 11 goles. Sin embargo, esta temporada parece ser la revancha de Davie Selke. A sus 30 años, ha marcado 17 goles en 25 partidos, recuperando el nivel de sus primeros pasos en el Hertha Berlín.
En total, 15 nacionalidades conviven en el plantel que gestiona Polzin. Pero en el tramo final del torneo, para que el desenlace no repita las frustraciones de temporadas anteriores, otra gestión será clave: la de las emociones. “Este fin de semana fue un partido bisagra, lo ganaron con autoridad ante el Magdeburgo. Contra los rivales directos también han sacado buenos resultados. En la recta final es fundamental no caerse y, sobre todo, soportar la presión”, advierte Cardoso, que de esto sabe. Con el argentino en cancha, el Hamburgo ganó su último título importante al consagrarse campeón de la extinta Copa de la Liga en la temporada 2003-04.
El argentino llegó en 1997 y convirtió a la ciudad en su hogar, del que nunca se alejó por mucho tiempo, salvo por algunas temporadas cedido en el fútbol argentino para vestir la camiseta de Boca, regresar a Estudiantes y acercarse con fundamentos a la chance de la Selección Nacional. Hoy, sigue trabajando en Hamburgo y es un ídolo del club, un equipo cuyos recovecos conoce a la perfección. Al igual que el fútbol alemán.
Nunca es mal momento para recordar aquella anécdota del Mundial 2014 que refleja su sabiduría y conocimiento del fútbol germano. “Venía hablando con Claudio Gugnali (ayudante de Alejandro Sabella) sobre los rivales de Argentina, que siempre tenían algún futbolista de la Bundesliga. Rumbo a la final, le marqué que Götze era el más sudamericano de todos. Si bien no comenzó jugando, cuando entraba demostraba su talento y su capacidad para marcar la diferencia. Muy vivo. Muy pícaro”, recuerda entre risas. El diagnóstico de Cardoso resultó tan preciso como doloroso: fue como ganar la lotería y tener que pagar el premio.
Pero volvamos al Hamburgo. Hasta la década del 80, uno de los equipos más ganadores de Alemania. Un club que, hasta la temporada 2011-12, apenas había bajado del puesto 13° en la Bundesliga. Aquel año marcó el principio del fin en la máxima categoría, tras temporadas irregulares y un descenso que, aunque anunciado, resultó igualmente doloroso.
Sobre la fidelidad de los hinchas, Cardoso explica: “Hoy hay gente más joven en la hinchada, pibes que no vivieron la época dorada. Vieron al equipo mal en la Bundesliga y en estos años en la segunda división. Pasaron los buenos tiempos y hay que adaptarse, pero sigue siendo un grande de Alemania”.
Las primeras tres temporadas en la 2. Bundesliga fueron un calvario: el equipo terminó cuarto, quizá el puesto más ingrato tras el esfuerzo de toda una campaña. En las dos siguientes, al menos logró alcanzar la tercera posición. En la 2021-22, llegó a la promoción y amplificó la ilusión al ganar el primer partido en la casa del Hertha Berlín, pero terminó perdiendo de local y viendo escapar el ascenso una vez más.
Lo de la campaña 2022-23 fue aún peor. Y no solo por el contundente 1-6 global ante el Stuttgart en la promoción que dejó al Hamburgo, una vez más, sin regreso a la máxima categoría. En la última fecha, el equipo hizo los deberes y venció 1-0 al Sandhausen. Con el Darmstadt ya ascendido, la pelea era mano a mano con el Heidenheim, que perdía 1-2 ante el Jahn Regensburg.
Con el silbatazo final, los hinchas no dudaron y saltaron al campo de juego para celebrar el ansiado ascenso. La imagen de la vergüenza total, el viral imparable, llegó entre abrazos, festejos y lágrimas de emoción. Lo que no sabían es que, en ese mismo instante, Heidenheim había empatado en el minuto 90 y lo ganaría en el 99, logrando su histórico primer ascenso y dejando al Hamburgo en el camino.
Cardoso recuerda aquel día: “Estaba en casa viendo el partido por televisión. Fue increíble. Ya había pasado algo parecido con el Schalke. Nosotros, en la tele, veíamos todo en doble pantalla y teníamos claro que no estaba cerrado, pero los hinchas en la cancha ni se enteraron. Ojalá este sea el año de la celebración”.
Pasado el fútbol de selecciones, el Hamburgo iniciará su recorrido de ocho fechas finales ante el Elfsverberg en un Volksparkstadion explotado de calurosos hinchas que sueñan con el regreso a la máxima división. Tal vez, la temporada 24-25 sea recordada como la temporada del regreso. O tal vez como la campaña dónde el Mago Merlín logró redescubrir al Dinosaurio para entrar por la puerta de Alemania y llegar a buen puerto.